sábado, 2 de mayo de 2009

XX Prueba de Fondo Ciudad de Alhama de Granada (11 Km)



Érase una vez que se era una avioneta con el motor algo gripado que se dijo a sí mismo: "¿Dónde voy yo a estrenar mi coche nuevo?" Y le vinieron sus recuerdos de cuando era joven y estudiaba en Granada y hacía carreras de fondo por aquellas tierras de pecado, vicio y perversión. Y recordó un pueblo antíguo, apartado, asomado a una roca, donde hacían una carrera muy bonita con cuestas, un pantano y unas vistas preciosas de la localidad desde el otro lado del tajo en cuyas profundidades habitan bichas, demonios, brujas, dragones y un ñu. E díjose: "Correré por segunda vez. El 26 de Abril es la cita. Que los placeres de la vista aplaquen los sufrimientos del cuerpo". Así fue. Su nueva montura le llevó puntual a esta aventura de melancolía. Se ajustó su armadura, que era igual que la de los caballeros del club de La Zubia, se puso la matrícula y salió a recibirle el frío, la lluvia, la lluvia otra vez, más lluvia y una dama en pelotas impregnada de lujuria, de muy buen talle y fermosura sin par a la que el buen Don Pedro dijo: "Lamento no poder complaceros pues el deber me llama y al otro lado de la meta me aguarda la inmortalidad". Comenzó la carrera, salió del pueblo y tras cruzar el puente del río pensó en lo bien que ponía los nombres el que a las cuestas les puso el suyo. Y llovía y hacía frío y mordían las piernas por dentro y costaban las cuestas pero que bonito era ese pueblo asomado a la roca y ese pantano hacia el que bajabas y esa cascada artificial de la presa que rebosaba. Sin embargo, los demonios envidiosos del abismo entorpecieron a la organización para que obligase a los corredores a hacer cola un buen rato bajo la lluvia para recoger una bolsa en las que las brujas, con su magia negra, habían transformado las botellas de vino, el queso y la bebida gratis en una camiseta solitaria. Los dragones, molestos por tanto trajín en los bordes de su abismo, dificultaron a mala idea la manera de encontrar los resultados de la prueba por internet y le dieron una cámara de fotos al ñu para que no sacase una buena. Concluida esta nueva aventura, mientras Pedro pensaba en si sería verdad aquello de que los últimos serán los primeros, díjose a sí mismo: "En verdad que es bella esta prueba del destino. La incorporaré a mi calendario anual de hechos de armas e incitaré a los demás caballeros de la mesa avionetas a acompañarme en esta lucha desigual contra las bichas, los demonios, las brujas, los dragones y el ñu que habitan en este abismo". E colorín colorado este cuento se ha acabado.

1 comentario:

selu dijo...

Hola Sr.Pedro, me ha encantado el cuento, el año que viene me uniré a vos para unir nuestras fuerzas en tan árdua batalla.